Muchos padres de familia, interesados en brindarles a sus hijos una educación más provechosa, deciden enviarlos al extranjero, para llevar a cabo sus estudios, o bien, ampliar los ya completados. Y lo hacen superando la natural preocupación de saber que sus hijos se encuentran a miles de kilómetros de sus hogares. A final de cuentas, los padres de familia son capaces de captar la gran ventaja que significa esta experiencia de vida, para los seres que les son más valiosos. 

Por una parte, los padres experimentan una sensación de tranquilidad al asegurarse que les están dando a sus hijos, una ocasión privilegiada para el desarrollo de sus aptitudes naturales y para enriquecer sus conocimientos. Gracias a los viajes de estudios, los niños y jóvenes asimilan una cultura de aprendizaje y una facilidad notable para integrarse a distintas sociedades. También les proporcionan grandes oportunidades de que triunfen a nivel personal, escolar y laboral, independientemente del campo productivo que elijan en el futuro. 

Por otra parte, los más beneficiados por estudiar en el extranjero, son los propios hijos. Al tomar actividades educativas en otros países, su formación escolar se fortalece, al ponerse en contacto con otras estrategias y planteamientos didácticos. También la personalidad de estos chicos se beneficia, al ganar en madurez y hacer  crecer sus habilidades particulares. 

Los jóvenes que han emprendido viajes de estudios a otras naciones, por lo general, son de carácter más sociable y abierto, tienen una mayor facilidad para comunicarse con la gente y llegan a ser líderes exitosos. 

En  la actualidad existen muchas alternativas de viajes y campamentos escolares en el extranjero. Son productos diseñados expresamente para niños y adolescentes, aunque también hay opciones para gente de cualquier edad. Por otro lado, algunos colegios manejan residencias donde el joven comparte una habitación con otros escolares sin problema alguno, los estudiantes interesados en estas fascinantes experiencias, tienen la oportunidad de disfrutar sus vacaciones, a la vez que estudian y descubren sitios asombrosos y personas con distintas maneras de vivir. Algunas otras opciones se orientan a que el niño resida temporalmente con familiar del país a visitar. 

Los estudios llevados a cabo en el extranjero, bajo ninguna circunstancia son tiempo perdido, ya que, prácticamente la mayoría de estos programas tienen validez oficial o la posibilidad de ser revalidados por la Secretaria de Educación Pública