Las claves para tener hijos exitosos
No existe ninguna fórmula para criar hijos exitosos. Sin embargo, sí hay factores que favorecen que sus hijos se desarrollen en un ambiente más encaminado a obtener grandes logros, que se traducirán en felicidad.
No frenar su curiosidad ni creatividad
Por naturaleza, los seres humanos tenemos la necesidad del aprendizaje, por lo que cuando se limita la curiosidad, surge mucha frustración. Y es en la adolescencia donde esta búsqueda vibra más que nunca, debido a los cambios físicos y psicológicos característicos de esta etapa.
Sobreproteger provoca más inseguridad que confianza
Desde niños, todos hemos superado nuestros propios retos para formar nuestro propio carácter y seguridad. No permitirles enfrentar las dificultades de la vida diaria provoca que tu hijo se pierdan de la enorme gratificación de sentirse capaz e independiente.
Acompañarlos ante desafíos favorecerá que sean adultos exitosos y fuertes, mientras que resolverlos por ellos, disminuye su potencial para sobreponerse a conflictos y disminuye su confianza en sí mismos.
Promover más un espíritu colaborativo que competitivo
Tradicionalmente, los sistemas educativos inculcan la competitividad. Sin embargo, el modelo finlandés ha cuestionado seriamente este enfoque, como se puede apreciar en el documental de Michael Moore Invadiendo el mundo.
La Educación Finlandesa es considerada por especialistas como la más efectiva del mundo, se orienta hacia el libre desarrollo de las capacidades únicas de los estudiantes y fomenta el trabajo en equipo para resolver situaciones y compartir conocimientos.
Considerar a la escuela como un complemento de la educación en casa
En ocasiones cedemos toda responsabilidad de la educación de nuestros hijos a las instituciones. La realidad es que a pesar de lo mucho que se puede aprender en la escuela, es un hecho de que somos el reflejo de cómo nos comportamos en casa, donde desde niños nos nutrimos de valores, principios y hábitos.
En conclusión…
Cada persona y familia es distinta, pero lo más importante es que nuestros hijos crezcan repitiendo SÍ PUEDO con más frecuencia que NO PUEDO.
Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar para nuestros hijos. El primero son las raíces y el otro las alas.